Los dos minisubmarinos, del tamaño de una maleta y cuyo coste ronda entre los 6 y 12 millones de pesetas, se introducirán en la zona del crucero donde se encontraban los camarotes más lujosos y realizarán numerosas fotografías, además de filmar todo lo que encuentren. Asimismo, intentarán recuperar el transmisor Marconi, que lanzó señales de emrgencia durante el naufragio.

Dos cadenas norteamericanas transmitirán las primeras imágenes el 12 y el 16 de agosto. El interés se centra en ver el estado real de la zona del pasaje de primera categoría y los camarotes de lujo de los infortunados que viajaban en el trasatlántico, como el del multimillonario John Jacob Astor que llegó a pagar seis millones de pesetas por su pasaje.

Para la compañía neoyorkina encargada de la tarea, RMS Titanic Inc., el único riesgo de la expedición es que los subarinos queden atrapados entre los escombros del buque.

Por contra, el arquitecto naval del astillero de Belfast, donde se construyó el Titanic, declaró que "creo que la expedición aumentará nuestro conocimento sobre cómo se destrozó el barco y qué paso con las personas que murieron dentro".