DOS MEDICOS, CONDENADOS A PAGAR 10 MILLONES POR NO DETECTAR UN TUMOR EN UNA PACIENTE QUE MURIO
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José Angel Bueno Montoya, de 48 años, y María Soledad Humbert Escario, de 36, médicos psiquiatras de Barcelona, han sido condenados a indemnizar con diez millones de pesetas a José María Aixas, el marido de una paciente a la que atendieron en 1989 y diagnosticaron una depresión nerviosa. La enferma, Mercè Botanch, de 30 años, falleció casi un año después a causa de un tumor cerebral.
Según la sentencia, los dos médicos fueron absueltos de un delito de imprudencia temeraria de carácte profesional, por el que la acusación particular pedía dos años de prisión menor para cada uno de los acusados, con inhabilitación para el ejercicio por el mismo tiempo. El fiscal consideró que los hechos no eran constitutivos de delito y pidió la absolución de ambos.
Para el tribunal, queda probado que Mercè Botanch murió en diciembre de 1988 a causa de un tumor cerebral, cuando hacía un año que se encontraba en tratamiento psiquiátrico sin que se le hubiera hecho ninguna prueba para detectarle la enermedad.
El juez consideró que la paciente tenía dos enfermedades, una de carácter psíquico, la depresión, y otra orgánica, el tumor. También creyó que los psiquiatras procesados actuaron correctamente al iniciar el tratamiento de Mercè Botanch, aunque, según el juez, al ver que la paciente empeoraba deberían haber ordenado una exploración.
Según la sentencia, la localización del tumor cerebral a tiempo habría disminuido las posibilidades de muerte de la paciente. Por este motivo, la pasividad pude considerarse una falta.
(SERVIMEDIA)
20 Dic 1991