Aunque se trata sólo de dos ejemplares, su muerte supone que ha sido eliminada el 25 por ciento de la población de jóvenes de una de las dos áreas que aún mantienen poblaciones estables de lince ibérico en todo el planeta.

Doñana y el área de Andújar-Cardeña son las únicas zonas donde aún se reproduce el lince ibérico en el mundo, cuando a finales de la década de los ochenta existían 48 áeas con presencia estable de la especie en España.

La población de Doñana y su entorno se estima en unos 30 ejemplares, incluidas sólo 4 hembras reproductoras, que en sus movimientos se ven obligados a atravesar carreteras y pistas en las que corren un alto riesgo de atropello, principal causa de muerte de estos animales.

El lince hallado ayer en la carretera de Mazagón a Matalascañas fue recogido aún con vida, pero los esfuerzos de los veterinarios del parque nacional no pudieron impedir su fallcimiento. En este caso se descarta que la muerte se debiera a un atropello, por lo que se sospecha que pudo tratarse de alguna infección.