Según pudo conocer esta agencia, tanto Himar R.S., de 19 años como Chaxiraxi S.C., de 17 años, habían manifestado a sus respectivas madres el temor a que el paso del tiempo hiciera decaer el intenso amor que el uno sentía por el otro.

Los familiares con los que conversó Servimedia manifestaron que en ese momento nadie pensó que, detrás de ese pensamento, se estaba fraguando el suicidio, como forma de perpetuar la relación sin que el paso del tiempo pudiera deteriorar el sentimiento de unión.

Nada hacía prever el trágico final. Las últimas horas de vida de la pareja transcurrieron con toda normalidad. El sabado por la mañana, después de ayudar al abuelo del chico, en el un establecimiento de cócteles de Las Palmas de Gran Canaria, el "Club 21", ambos se subieron a un autobús que los dejó en el puente de Silva, en el municipio de Santa María de Gua.

Después de mantener una breve conversación, Himar y Chaxiraxi se subieron al borde del precipio. Se dieron un fuerte abrazo, un beso y saltaron al vacio sin dudar un solo instante, agarrados de la mano.

Sus cuerpos fueron encontrados en el fondo del barranco, a cien metros de profundidad, con los rostros desfigurados. Sin embargo, a pesar de la vertiginosa caida y del impacto con el suelo, ambos seguían abrazados y se mantenían unidos con las manos entrecruzadas.

Ayer fueron enterrados lo cuerpos en el cementario de San Lázaro, de Las Palmas de Gran Canaria, en una ceremonia multitudinaria, con escenas de intenso dolor por parte de familiares y amigos. Desde ayer descansan eternamente en nichos contiguos, como ellos querían.