Jorge García Vidal e Israel Clemente López hicieron esta afirmación durante el juicio celebrado por la Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional.

La fiscal encargada del caso, Blanca Rodríguez, pidió 25 años de cárcel para Clemente, al acusarle de los delitos de pertenencia a organización terrorista en grado de dirigente y atentado en concurso con un delito de robo con violencia y uso de armas.

La representante del Ministerio Público solicitó 22 años de cárcel para García Vidal por estos mismos delitos, con la excepción de que, en este caso, Rodríguez no considera que pueda ser calificado dirigente de organización terrorista.

Según el escrito de la Fiscalía, los dos miembros de los Grapo abordaron con una pistola, sobre las 7.10 horas del 4 de junio de 2006, a Luis Fernando Basadre, director de la sucursal de Caixa Galicia situada en la calle Rosalía de Castro de Santiago de Compostela, cuando éste salía de su casa.

García y Clemente, durante el atraco, se apoderaron del dinero de la caja fuerte y posteriormente obligaron al interventor a sacar todo el dinero que había en los cajeros. En total sustrajeron 35.323 euros de la sucursal bancaria.

García Vidal, en su turno de última palabra, justificó el robo de este dinero como una "recuperación de fondos económicos" a favor de la "causa obrera y popular". A su juicio, el dinero de las cajas de ahorro "pertenece al pueblo que trabaja", ya que es el pueblo el que "genera esa riqueza que luego las entidades bancarias emplean contra los trabajadores".

Jorge García Vidal, miembro de los Grapo desde 1997, aseguró durante su declaración ante el juez que en ningún momento hicieron uso de la violencia durante el atraco y reconoció que portaban un sedal de pesca que no utilizaron para atar al director y al interventor de la sucursal retenidos.

Por su parte, Israel Clemente López, miembro del comando central de los Grapo desde 2001 y máximo responsable de la organización hasta el momento de su detención en junio de 2007, declaró que no llegaron a encañonar al director del banco y que sólo le enseñaron la pistola. En su opinión, mantener las armas fuera "no hubiera sido inteligente".

El director de la sucursal, en su declaración ante el tribunal vía videoconferencia, afirmó haber sido encañonado durante el atraco y haber recibido amenazas contra su familia por parte de los acusados.

Del mismo modo, el interventor de la oficina bancaria dijo que uno de los miembros de los Grapo le apuntó con la pistola y le llevó a los cajeros para que le diera la combinación.