Las trabajadoras son Pilar López y Rosa Míguez, de 56 y 45 años, respectivamente, que han perdido 8 y 5 kilos de peso durante los últimos quince días. Con ellos ha estado en huelga de hambre permanente el secretario de la sección sindical de Comisiones Obreras en el Hospital Provincial de Pontevedra, José Luis García Pedrosa, que ha perdido 9 kilos en esta lucha. Otro delegado sindical tuvo que interrumpir la huelga durante algunos días para desplazars por causas familiares graves y ha perdido hasta el momento sólo 5 kilos.

A estos cuatro huelguistas se han unido el pasado viernes otras dos personas, una trabajadora y otro delegado sindical, mientras que las personas que llevan quince días de ayuno mantienen su decisión de llegar "hasta el final".

Pilar López, con dos hijas de 20 y 21 años que dependen económicamente de ella, es la persona que está sometida a un control médico más cercano, dado que pierde más líquidos de los que ingiere y corr peligro de deshidratación, por lo que podría tener que ser hospitalizada.

Sin embargo, declaró hoy a Servimedia que tiene mucha fuerza moral porque sabe que tiene razón y afirma que "más fuerte que la falta de comida es ver que hay personas incapaces de ver que tenemos razón". Pilar López dijo sentirse muy apoyada por la familia y los compañeros de trabajo y se mostró dispuesta a todo, "hasta lograr que nos den la readmisión".

Los huelguistas toman agua y zumos desde el primer día, y comenzaroningerir leche por recomendación médica cuando llevaban la diez jornadas de huelga de hambre. Pilar López indicó que los primeros días fue cuando se encontró peor: "Ahora casi te olvidas. Yo no tengo apetito. Me parece que un garbanzo no me cabe en el estómago y hasta me cuesta tragar los líquidos".

García Pedrosa, delegado sindical y huelguista, indicó a Servimedia que en estos momentos incluso la Diputación Provincial de Pontevedra, de la que dependen los trabajadores, sabe que los despidos fueron iprocedentes. Este portavoz indicó que el Hospital Provincial y el psiquiátrico "O Rebullón" prescindieron de siete personas que suplían a siete empleados en situación de incapacidad laboral transitoria.

Según García Pedrosa, los despedidos tendrían que seguir en sus puestos mientras no se reincorporaran a sus puestos de trabajo u obtuvieran la jubilación definitiva los suplidos. En cambio, "la Diputación los despidió en el momento de iniciar exdpedientes de jubilación definitiva que tardarán unos cuato años en reslverse, y ocupó las plazas con otras siete personas designadas a dedo, porque ése era el deseo del presidente y vicepresidente de la Diputación, César Mera y José Manuel Barros".

Los huelguistas han presentado las correspondientes reclamaciones previas ante la Diputación y preparán la documentación para llevar el tema al juzgado de los social, ante la falta de respuesta de la corporación provincial.

Antes de iniciarse la huelga de hambre, la gerencia del Hospital Provincial logró el poyo de varios sindicatos sobre la legalidad de los despidos, que para el centro eran ceses legales. Esta postura fue el detonante de la medida de presión iniciada hace quince días.

Según el portavoz de Comisiones Obreras, las rescisiones de contratos forman parte de una estrategia destinada a despedir a un centenar de personas antes del 96, fecha prevista para que el Hospital Provincial de Pontevedra y el psiquiátrico "O Rebullón" pasen a ser gestionados por la Xunta, desde el Servicio Galego de Saúd.

Para García Pedrosa, la Diputación quiere aligerar la plantilla porque el futuro complejo hospitalario tomará forma de fundación pública como órgano de gestión, lo que le permitirá reducir gastos de personal mediante contratos más bajos y sometidos al convenio de la sanidad privada.