La organización ecologista respondió así a las declaraciones del presidente de la multinacional, Anders Büllow, en las que responsabilizó del accidente a Dragados y Construcciones, ya que Intecsa, entonces filial de Dragados, elaboró en 1978 el proyecto de la presa de estériles.

Según Pablo Mascareñas, portavoz de Greenpeace, "desde un principio Boliden ha intentado evitar que l peso de la justicia recayera sobre ella y no ha escatimado esfuerzos para eludir el desembolso asociado a los gastos de la limpieza de los lodos, pago de indemnmizaciones a la población afectada y restauración de los ecosistemas dañados".

Asimismo, la organización calificó de "vergonzosa" la actitud de la Junta de Andalucía y del Gobierno central, por entender que "han cedido a las presiones de la multinacional".