"Me duele tomar esta decisión, porque era mi ilusión, pero, tal y como está, no estoy dispuesta a volver", señaló la soldado, que se encuentra e baja desde que sufrió la presunta agresión sexual.

Quiñoa se mostró convencido de que "tendrán que cambiar mucha cosas antes de que una mujer se decida a entrar en el Ejército". Agregó que "de mandos militares no he recibido ningún apoyo, de compañeros y compañeras, sí".

Pidió que el Ministerio de Defensa investigue por qué se dan de baja por depresión muchas mujeres soldados. "Si no quieren que entremos, que nos lo digan, pero si quieren que entremos, tendrán que acomodar las leyes del Ejércit", concluyó.