DOCUMENTO REDONDO (2). REDONDO ASEGURA QUE QUIENES EXIGEN LA AUTODETERMINACION MATANO SEGUIRAN HACIENDOLO SI SE LES DA
- Asegura que los vascos ya ejercieron su derecho de autodeterminación al elegir el sistema político bajo el que querían vivir: una comunidad autónoma dentro del Estado español
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El ex secretario general de los socialistas vascos Nicolás Redondo Terreros desmiente categóricamente la tesis nacionalista de que la autodeterminación pueda facilitar la consecución de la paz, por entender que los terroristas seguirán matando después de consegurla para lograr otros objetivos.
Así lo expone en su documento de reflexión sobre la situación del PSE, al que tuvo acceso Servimedia, en cuya segunda parte define su visión sobre la autodeterminación y otras muchas cuestiones.
Redondo comienza este apartado subrayando que las ambigüedades del PNV convierten el diálogo político "en algo estéril cuando no imposible", y pasa a continuación a definir su posición ante numerosos asuntos.
1. EL CONFLICTO POLITICO.
Ante esta fórmula habitualmenteempleada por los nacionalistas para explicar lo que sucede en Euskadi, Redondo subraya que la convivencia de seres humanos libres e inteligentes genera de modo natural conflictos políticos, "sencillamente porque es inevitable que las distintas personas forjen ideas y conceptos, también diferentes e incluso opuestos, sobre aquello que constituye el ideal del bien común".
Por ello, recuerda que la existencia de diferentes concepciones del interés general no es un problema a resolver, "sino la genuina maifestación de la pluralidad", que debe ser reconocida por los líderes nacionalistas.
Rechaza, además, que ese conflicto se deba a una cuestión mal resuelta en el pasado, ya que, en caso de haber existido, la sociedad vasca lo resolvió al constituirse en comunidad autónoma dentro del Estado español, de acuerdo con la Constitución y con su propio Estatuto, respaldado en referéndum por el 88,7 por ciento de los vascos.
2. EL PUEBLO VASCO
En primer lugar, lo define como "la totalidad de los vascos ealmente existentes en cada momento" y niega cualquier posibilidad de incluir elementos "etnicistas, culturales, religiosos, historicistas o de ninguna otra índole". "Nuestro concepto de pueblo tiene un sustrato exclusivamente democrático y racional para el que las demás consideraciones son, sencillamente, irrelevantes en política".
"No hay, pues, desde el punto de vista político, más Pueblo Vasco que el conjunto de los habitantes de los territorios de Alava, Guipúzcoa y Vizcaya, así como los residents en el extranjero, tal y como se señala en el artículo 7º del Estatuto de Autonomía".
En consecuencia, sentencia que "no existe un sujeto de derechos políticos denominado Pueblo Vasco distinto de la propia ciudadanía, cuya legitimación sea externa y diferente al del conjunto del cuerpo electoral en cada momento y cuyo caudal jurídico-político permanezca incólume en el limbo de la historia a la espera de ser interpretado o actualizado por quien se considere en cada ocasión augur de las intemporales esncias políticas de la patria".
3. LOS DERECHOS HISTORICOS
En su opinión, el respeto a los derechos históricos está amparado por la Constitución e incorporado al Estatuto de Autonomía, por lo que "a día de hoy, la historia carece ya de toda virtualidad como fuente accesoria de derechos políticos de ninguna especie".
4. LA NORMALIZACION Y LA PACIFICACION
Considera que la normalización es un término incomprensible utilizado por los nacionalistas y que nadie sabe lo que significa a ciencia cierta Según su interpretación, las políticas de normalización de cualquier fenómeno son un conjunto de medidas "orientadas a la socialización cotidiana del mismo de modo pacífico y voluntario".
"Carece, por lo tanto, de sentido hablar de la normalización como un objetivo en si mismo. No se entiende qué puede ser una sociedad normalizada, por lo menos no se entiende a qué podemos referirnos si ya nos encontramos en un Estado de Derecho, es decir, sujeto a normas democráticamente adoptadas".
Para Redond, la vasca "es una sociedad perfectamente normal y normalizada, excepción hecha de la pervivencia en su seno del fenómeno terrorista, único factor de desnormalización o anormalidad cívica o política. La pacificación y normalización vienen a coincidir con la desaparición, lisa y llana, de toda forma de terrorismo".
5. EL AUTOGOBIERNO
Define el autogobierno como "un principio político útil y práctico para el ejercicio de la libertad, la profundización de la democracia representativa y la satisfacción e las necesidades de la sociedad".
"Para nosotros el autogobierno es un principio democrático, no un fin en si mismo, ni mucho menos un objetivo a perseguir de modo alternativo en función del ámbito territorial. El autogobierno no es un derecho específico de los vascos, es un principio que inspira toda la estructuración política democrática, desde la Unión Europea hasta la articulación institucional interna de la Comunidad Autónoma Vasca".
"No es un atributo de Euskadi, es un atributo de la democacia, por lo que no puede predicarse solo hasta el límite de lo autonómico o, en su caso, de lo foral. Para los socialistas, el principio de autogobierno debe llegar hasta la organización de una verdadera democracia local efectiva y se hallará limitado en su eficacia por los principios concurrentes de subsidiaridad y de construcción europea".
6. EL ESTATUTO DE AUTONOMIA, SU SIGNIFICADO Y SU CUMPLIMIENTO
En su opinión, el Estatuto fue fruto de un debate "impecablemente democrático y representativo dela voluntad de los vascos, y no una carta otorgada, como estúpidamente se ha dicho".
El Estatuto es, desde su óptica, un pacto político adoptado por los vascos en ejercicio del recién recuperado derecho de autodeterminación política", y una estructuración competencial, que delimita los contenidos de la potestad legislativa y administrativa de cada uno de los distintos niveles de gobierno.
Por este motivo, si en el proceso de transferencias se producen discrepancias, "en ningún caso esos desacuerds pueden afectar al pacto político interno alcanzado por el electorado vasco". En este sentido, asegura que los socialistas no van a "aceptar que nadie pretenda erigirse en único intérprete de un documento suscrito y consensuado por varios grupos parlamentarios, que contiene materias de carácter diferenciado y de muy distinta naturaleza jurídica".
7. LA AUTODETERMINACION
En este punto, afirma que los seres humanos tienen por naturaleza derecho a elegir la constitución política bajo la cual quieren vvir como personas civilizadas, libres e iguales" y, por tanto, los vascos "pueden y deben ejercer de modo cotidiano su autodeterminación política en todos los aspectos sustanciales de su convivencia".
Entiende por ello que los vascos han ejercido "con plenitud" su derecho de autodeterminación desde la aprobación de la Constitución, que establece la instauración de una comunidad autónoma con las características recogidas en la Carta Magna y en el Estatuto.
La regulación aprobada por la voluntad delos vascos no preve "en modo alguno" una modificación del marco jurídico-político de una comunidad autónoma de modo que alcance su secesión del territorio español.
"La secesión, aún siendo una alternativa filosóficamente posible, queda, sin embargo, fuera de cualquiera de las reglas del juego existentes, tanto en España como en cualquier otra democracia de nuestro entorno".
Por ello, frente a la reivindicación de modificación del marco estatutario, "nunca concretada hasta la fecha", ha de haber "na firme exigencia de que se acuda a los procedimientos legalmente establecidos".
Redondo considera que este "derecho" inconcreto reclamado por los nacionalistas sólo es "un desiderátum político, legítimo pero particular", y ajeno a la construcción jurídico-política aprobada democráticamente por los vascos en el ejercicio de su derecho de autodeterminación".
Su postura es que el marco estatutario "es perfectamente legítimo tal cual, sin necesidad de profundizaciones o lecturas" y, "si hay ciudadaos que se sienten desafectos del pacto constitucional y estatutario, es su cuestión. Los socialistas solo podemos defender la libertad, la democracia y la ley, en cuanto que expresión de la soberanía popular".
"Es mentira que la autodeterminación traiga la paz, porque todo el mundo sabe que quienes la exigen matando, matarán después para que digamos lo que ellos quieren (...) y matarán previamente intentando forzar un resultado a su favor. Y porque es, además, mentira que no haya autodeterminación en uskadi".
Redondo advierte además que no hay sitio en Europa para una comunidad desgajada de un estado democrático europeo "y mucho menos cuando el terrorismo anida en esa exigencia. No tenemos sitio en Europa, por mucho que se empeñen los nacionalistas, fuera de España".
8. LA SOBERANIA
Comienza diciendo en este punto que "la idea decimonónica de la soberanía nacional no tiene sentido en un mundo tan interdependiente como el actual", entre otras cosas porque la firma de convenios internacionale que modifican la legislación nacional, la descentralización y la subsidiariedad, han mermado significativamente el patrimonio de lo que hasta hace bien poco se conocía como soberanía nacional.
"La única soberanía real es la individual", sentencia Redondo. Por ello, ve "profundamente antidemocrática" la posición de los nacionalistas, ya que parte de una visión ideológica del territorio y no de la voluntad de quienes lo pueblan.
Por contra, para los socialistas, "una nación es básicamente la volunad de sus ciudadanos para construir la libertad y, por ello, la dignidad nacional está en las condiciones civiles de vida hoy, que no pueden sacrificarse en nombre de futuras o pasadas glorias nacionales".
9. LA IDENTIDAD
"Los socialistas no aceptamos la idea de identidad nacional. Es en sí misma excluyente: ¿quién determina los parámetros que definen esa identidad nacional?; siempre quedarán ciudadanos reales excluidos de ese engendro ideológico, de esa falsa conciencia. La única identidad que acepamos y defendemos los socialistas es la individual, la que asume la diversidad de formas de ser y de vivir que tienen los ciudadanos reales, cambiantes".
Redondo considera que el nacionalismo "no cree en el individuo, no se fía del ser humano y prefiere lo orgánico, el grupo, la tribu, el Pueblo Vasco, del que es, a un tiempo, intérprete y portavoz, sacerdote".
Propugna, frente a esta concepción, el derecho de los individuos a ser como quieran dentro de la concordia civil. "Ciudadanos lo somos deuno en uno y las condiciones de ciudadanía son políticas. La identidad es individual y en esencia, ajena a la política".
10. LA CONSTRUCCION NACIONAL
Ante la situación actual, Redondo contempla dos posibles planteamientos: "reproducir el pacto con el nacionalismo en una situación de mayor sumisión que la anterior, porque ya no sería en torno al Estatuto de Gernika sino en torno a la normalización", o definir una estrategia inspirada "en la democracia cívica".
En su opinión, la primera opción tedría resultados "aún más catastróficos" que en las ocasiones anteriores, porque los socialistas, lejos de ser reconocidos como "vascos", se convertirían "en marranos (los judíos que renunciaron a su religión para integrarse en la España de los Reyes Católicos pero siguieron siendo igualmente marginados, ahora no en función de su religión, sino de sus usos sociales como no enviar a sus hijas al convento, no comer cerdo, etc.)".
En opinión de Redondo, a los nacionalistas "les interesa el referéndum, no ara dejar a los ciudadanos la decisión sobre su futuro, sino para que la sociedad interprete realmente "que los partidos estatalistas son colonialistas, invasores".
Además, desconfía de los nacionalisas al asegurar que aún en el caso de que el PNV "diera un giro de 180 grados y regresara al terreno autonómico", sus avances en la construcción de una nación de nacionalistas impedirían la integración individual de los que no lo son. "Sería, simple y llanamente, una asimilación forzada".
En este punt, Redondo reniega de la definición de "no nacionalistas", en negativo, y apuesta por otra en positivo, como "constitucionalistas" o "autonomistas". El florecimiento del tejido social de éstos, advierte, requiere "unas mínimas condiciones de libertad".
11. EL AMBITO VASCO DE DECISION
"Los socialistas vascos estamos satisfechos con la Constitución y el Estatuto. También hemos mostrado reiteradamente nuestra disposición para profundizar en el autogobierno y trabajar por el incremento de los consensos bsicos. No estamos dispuestos a ir más allá, mientras los nacionalistas no salgan del terreno de la ambigüedad calculada en que se encuentran", comienza.
Esa Constitución que los socialistas respaldan y que los vascos también apoyaron, recuerda Redondo, "no reconoce a Euskadi el derecho a la soberanía plena ni a decidir unilateralmente sobre su independencia o sobre otro marco competencial".
De hecho, subraya que las entidades territoriales que han decidido voluntaria y soberanamente participar enorganizaciones políticas más amplias, no disponen de una cláusula de reserva que les permita retirarse por su única voluntad. Como ejemplo, cita a las provincias canadienses o a los estados de EEUU.
Eso se debe, explica, a que toda organización política, y especialmete las de base territorial, necesitan estabilidad y seguridad jurídica. "Ningún ordenamiento institucional admite que partes de su territorio dispongan permanentemente del derecho a la separación unilateral o a la modificación unilateral d sus competencias más allá del momento constituyente".
Por ello, insiste en que Euskadi no puede decidir de forma unilateral la modificación de su estatus dentro de España, como tampoco los municipios vascos pueden segregarse por sí solos del Territorio Histórico al que pertenecen.
Si los nacionalistas defienden el derecho de Euskadi a separarse de España por la sola voluntad mayoritaria de los vascos, advierte Redondo, se puede plantear con la misma legitimidad el derecho de Alava de separarse d la comunidad autónoma por la sola voluntad mayoritaria de los alaveses, "o el de los iruneses de volver a ser la salida navarra al mar, como ya lo fueron, por cierto, en algún momento anterior de la historia".
12. CONSENSO O CONFRONTACION
"Los socialistas vascos somos contrarios a la independencia de Euskadi y a la reivindicación de la soberanía plena o el derecho de autodeterminación. Son objetivos políticos a los que nos enfrentaremos sin vacilaciones", afirma Redondo.
A continuación, denunca que la independencia es el objetivo del nacionalismo más radical, que pretende "la eliminación de la componente común española". "No hay un soberanismo o un independentismo respetuoso con la pluralidad".
Por tanto, en la Euskadi actual el independentismo es el marco necesario para llegar a una sociedad "vasca uniformadora y asimilacionista. Necesitan la independencia quienes quieren suprimir el pluralismo vasco".
Redondo rechaza también una consulta popular sobre la independencia, la soberaníala autodeterminación, y asegura que no la promoverá en ningún caso. "No estamos dispuestos a asumir la enorme responsabilidad de obligar a los vascos a elegir entre alguno de sus sentimientos de pertenencia. No queremos renunciar a ninguno de los elementos que configuran nuestra personalidad, no estamos dispuestos a perder, por uno u otro lado, parte de lo que somos".
"El mero hecho de realizar una consulta de estas características sería un fracaso de la convivencia política en Euskadi imputable por ntero a los nacionalistas", advierte. "No nos corresponde a quienes estamos básicamente conformes con el actual marco jurídico-político proponer su posible superación. Solo nos corresponde exigirles que salgan de la ambigüedad y que hagan explícitas sus propuestas".
(SERVIMEDIA)
18 Ene 2002
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