LOS DIVORCIADOS QUE VUELVAN A CASARSE NO PUEDEN COMULGAR SALVO QUE SE ARREPIENTAN Y GUARDEN CONTINENCIA, SEGUN LA SANTA SEDE

MADRID
SERVIMEDIA

Lo divorciados que vuelvan a casarse no pueden recibir la comunión eucarística salvo que se arrepientan y guarden continencia, según señala la "Carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la recepción de la Comunión Eucarística por parte de los fieles divorciados vueltos a casar", firmada por el cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

En la carta, se afirma que "la Iglesia no puede reconocer como válida la nueva unión, si era válido el anterior matrimonio. i los divorciados se han vuelto a casar civilmente, se encuentran en una situación que contradice objetivamente a la Ley de Dios y por consiguiente no pueden acceder a la comunión eucarística mientras persista esta situación".

Asimismo, señala el documento que "esta norma no tiene un carácter punitivo o discriminatorio, sino que expresa una situación objetiva que de por si hace imposible el acceso a la comunión eucarística: "son ellos los que no pueden ser admitidos, dado que su estado y situación de ida contradicen objetivamente la unión de amor entre Cristo y la Iglesia, significada y actualizada en la Eucaristía".

"Hay además otro motivo pastoral", añade la carta, ya que "si se admitieran estas personas a la Eucaristía los fiesles serían inducidos a error y confusión acerca de la doctrina de la Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio".

En opinión de la Santa Sede, "para los fieles que permanecen en esa situación matrimonial, el acceso a la comunión eucarística sólo es posible por mdio de la absolución sacramental, que puede ser concedida únicamente a los que, arrepentidos de haber violado el signo de la Alianza y de la fidelidad a Cristo, están sinceramente dispuestos a llevar una forma de vida que no contradiga la indisolubilidad del matrimonio"

Además, añade el documento que "esto lleva consigo concretamente que cuando un hombre y una mujer no pueden cumplir la obligación de la separación asumen el compromiso de vivir en plena continencia, o sea de abstenerse de los actos proios de los esposos, En este caso, ellos pueden acceder a la comunión eucarística, permaneciendo firme sin embargo la obligación de evitar el escándalo".

Por otra parte, la carta afirma que "los divorciados vueltos a casar, aunque no puedan recibir la eucaristia no están excluidos de la Iglesia, ya que la Iglesia debe profesar la propia fidelidad a Cristo y a su verdad como condición y medida de un auténtico amor materno también hacia los divorciados vueltos a casar".

(SERVIMEDIA)
14 Oct 1994
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