El informe indica que el 17 por ciento de la población de la Unión Europea en edad de trabajar sufre de alguna minusvalía y casi la mitad de estas personas tienen una edad entre 50 y 64 años.

La tasa media de empleo de los minusválidos de la Unión Europea es del 44 por ciento, lo que significa que es inferior en 17 puntos a la tasa de empleo global.

Por otro lado, una parte signifiativa de los minusválidos trabajadores se convirtieron en discapacitados durante su vida profesional. Diez millones de personas han sido víctimas de enfermedades o lesiones profesionales y accidentes en el lugar de trabajo.

Portugal es el país donde el nivel de enseñanza de las personas minusválidas es el más bajo respecto al resto de la población y donde la proporción de personas ocupadas en la agricultura o, de forma general, en empleos no cualificados es mayor.

El documento destaca, además, qu la proporción de minusválidos en edad de trabajar aumentará a medida que la población de la Unión envejezca, lo que supone una cuestión delicada en cuanto a la política a seguir en materia de integración de personas minusválidas en el mercado de trabajo.

También recuerda que la UE introdujo leyes antidiscriminatorias para proteger los derechos cívicos de los minusválidos y su derecho al trabajo, al detectar que los prejuicios eran los principales obstáculos a los que se enfrentan estas personas.

Sin embargo, el texto indica que una ley antidiscriminatoria debería ser completada con medidas destinadas a aumentar la capacidad de tener un empleo de las personsa minusválidas. Este es el caso de Suecia, donde se ha reforzado la competitividad de la mano de obra y, al mismo tiempo, se han aumentado las perspectivas de empleo para las personas desfavorecidas.