EL DIRIGENTE DE LOS GRAPO SILVA SANDE NIEGA ANTE EL TRIBUNAL HABER ORDENADO EL ASESINATO DEL DOCTOR MUÑOZ
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El dirigente de los Grapo Fernando Silva Sande negó hoy ante el tribunal de la Audiencia Nacional que le juzga haber ordenado en marzo de 1990 el asesinato del doctor zaragozano José Ramón Muñoz, elegido como objetivo de la banda por ser el jefe del equipo médico que alimentaba forzosamente a los presos de la organización terrorista en huelga de hambre.
El fiscal encargado del caso, Juan Moral, solicitó para Silva Sande 30 años de cárcel por un delito de asesinato por inducción al considerar que fue él quien ordenó a los Grapo María Jesús Romero y Guillermo Vázquez -ya condenados por estos hechos- desplazarse a Zaragoza para asesinar al doctor Muñoz.
Según el relato de los hechos efectuado por el fiscal, Silva Sande se reunió en Logroño con Romero y Vázquez y les ordenó viajar hasta Zaragoza para asesinar a Muñóz, a quien la organización terrorista culpaba de alimentar forzosamente a los presos que mantenían en aquella época una huelga de hambre.
Romero y Vázquez se desplazaron hasta Zaragoza y comprobaron que el doctor Muñoz era de fácil acceso.
El 27 de marzo de 1990, los dos terroristas, quienes previamente habían pedido cita con el médico, se presentaron en su consulta y, una vez en su despacho, desenfundaron sus pistolas y le pegaron tres tiros en la cabeza al doctor, provoncando su muerte inmediata.
En el juicio celebrado hoy contra Silva Sande por la Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, presidida por el juez Ángel Hurtado, el Grapo explicó que en 1990 tan sólo era "un mero militante" de la organización y señaló que ni formaba parte ni era el jefe del comando de Vázquez y Romero.
Por último, el acusado reiteró que, en su condición de simple militante, no ordenó el asesinato de Muñoz y aseguró que se enteró de su muerte "por la prensa".
TESTIGO CLAVE
El testigo clave aportado por el Fiscal fue el propio Vázquez, quien tanto en su declaración ante la Policía Nacional tras ser detenido como posteriormente ante el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, aseguró que el jefe del comando del que formaba parte era Silva Sande y le señaló como la persona que le ordenó asesinar al médico zaragozano.
Pero en su comparecencia ante el tribunal, Vázquez se desdijo de sus declaraciones previas y negó que Silva Sande fuera quien le ordenó a él y a Romero asesinar a Muñoz.
El grapo admitió conocer a Silva Sande pero "como a cualquier otro miembro de la organización" y aseguró que éste "no tenía relación con el comando" que él integraba.
A preguntas del fiscal Moral, explicó que la orden de asesinar a Muñoz la recibió por teléfono y dijo desconocer la identidad del dirigente con el que habló.
Preguntado sobre por qué inculpó a Silva Sande en su declaración policial y posteriormente ante el juez, Vázquez aseguró haber sido maltratado física y psicológicamente por lapolicía y añadió que fueron los agente quienes le indicaron lo que debía decir.
"Si me hubiesen cargado la muerte de Manolete también la hubiese firmado", dijo Vázquez, a lo que el fiscal le cortó tajante diciendo que "no estamos aquí para juzgar la muerte de Manolete".
También compareció ante el tribunal su compañera de comando, la grapo Romero, quien, visiblemente aquejada de una enfermedad, se negó a declarar y a contestar tanto a las preguntas del fiscal como a las de la defensa de Silva Sande.
Tras escuchar las declaraciones de los testigos y los informes definitivos de las partes, en los que la fiscalía elevó a definitivas sus petición de cárcel para Silva Sande, el presidente del tribunal, el juez Hurtado, decretó el "visto para sentencia".
(SERVIMEDIA)
26 Jun 2008
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