Palacios realizó estas declaraciones en respuesta a las críticas lanzadas ayer desde la asociación Unión Romaní, que considera que la película alienta el racismo contra la etnia gitana y que es una acumulación de los peores y desafortunados tópics y prejuicios sobre el pueblo gitano.

El director de la película explicó que no ha querido dar una mala imagen del pueblo gitano, sino que se trata de contar una historia de ficción sin perjudicar a nadie.

"En la película trabajan muchísimos gitanos, desde Curro Albaicín hasta Antonio Carmona, y no estamos haciendo una declaración de principios, sino que estamos haciendo una película", insistió.

Palacios señaló que respeta la opinión Unión Romaní, pero que no había ninguna intención de "genralizar" al hacer la película. "Utilizas una historia, unos personajes y un contexto concreto, sólo con la intención de hacer un 'thriller'".

"Respeto totalmente la cultura gitana. Para mí, la cultura gitana es algo absolutamente respetable y que admiro. Lo hemos hecho con el mayor cariño, el mayor respeto y sin ánimo de herir a nadie", concluyó Palacios.