La inspección de los tubs de reserva (los que están fuera de servicio) ya ha concluido, dando como resultado la aparición de más de 170 grietas.

Por el contrario, Aquilino Rodríguez afirmó que los análisis realizados sobre la parte exterior de doce de los diecisiete tubos con barras de control (los que están operativos) no han revelado defecto alguno.

Durante la próxima semana se procederá a la inspección interior de estos diecisiete tubos para comprobar si han sufrido o no algún proceso de deterioro. Este estudio conclirá a mediados de mes.

En el supuesto de que los tubos con barras de control estén en buen estado, los responsables de Zorita mantienen que no sería necesario cambiar la tapa de la vasija, operación que obligaría a parar la actividad de la central nuclear durante más de un año.

SOLUCIONES

Si se confirma esa hipótesis, la dirección de la central cree que bastaría con taponar los tubos de reserva deteriorados (la inmensa mayoría) o subsanar el daño producido por las grietas para eliminar el riesg de fuga.

No obstante, corresponde al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) evaluar y otorgar o no su visto bueno a estas o cualquier otra solución.

Donato Fuejo, presidente del CSN, calificó esta semana de "muy importantes" los daños que sufre Zorita y recordó que algunas centrales nucleares francesas han procedido al cambio de la tapa de la vasija ante la aparición de cinco grietas.

Aquilino Rodríguez insistió en que "no es tan importante el número de grietas como el tipo o la localización deéstas. No es lo mismo que las grietas aparezcan en penetraciones que están fuera de servicio que en otras con barras de control".