La Asociación Ecologista de Defnsa de la Naturaleza (Aedenat) denunció recientemente la posibilidad de que el proceso de agrietamiento que han sufrido las penetraciones de la tapa de la vasija también podría haber afectado a los tubos situados en la base de la vasija.

Según Aedenat, si se detectaran fisuras en esos tubos, la central no podría reanudar su actividad, ya que la única solución posible sería el cambio de la vasija, que implicaría el desmantelamiento completo del núcleo de la central.

Juan Vicente Llinares, jefe de orita, declaró hoy a Servimedia que están realizando un estudio global de todas las zonas de la planta nuclear, aunque añadió que todavía no disponen de los resultados de estas inspecciones.

En cualquier caso, Unión Fenosa, propietaria de Zorita, tiene previsto enviar durante los próximo días al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y al Ministerio de Industria y Energía un plan de reparación, que no contempla el cambio de la tapa de la vasija.

El CSN deberá evaluar la propuesta de Unión Fenosa y deidir si es la solución adecuada. La reparación de los tubos afectados evitaría mantener la central parada durante más de un año y permitiría reanudar su actividad durante los meses estivales.

Sin embargo, tanto Aedenat como Greenpeace consideran que, aun en el caso de que no aparecieran nuevas grietas, resulta necesario cambiar la tapa de la vasija.