La planta de Fujitsu n Málaga, dedicada a la producción de impresoras matriciales, se encuentra en la actualidad en un proceso de regulación temporal de empleo, que afecta a casi la totalidad de plantilla, y que finaliza el próximo día 10.

Durante este periodo temporal, la dirección de la empresa se comprometió ante la Delegación de Trabajo de la Junta de Andalucía y el comité de empresa a presentar un plan de viabilidad que debía ser comunicado anoche a los trabajadores.

No obstante, según fuentes sindicales, lo únio que propuso Fujitsu "de forma verbal" fue la disminución de la plantilla en un tercio del total, al tiempo que anunció la elaboración de un plan de producción para los próximos cinco años.

La multinacional japonesa se comprometería a mantener los 233 puestos de trabajo resultantes hasta 1998. No obstante, los sindicatos desconfían de este anuncio, al considerar que la única intención de la empresa "es reducir paulatinamente los empleos".

Si se cumplen las intenciones de Fujitsu, el sindicato UG considera que "la factoría de Málaga se quedará como un mero taller de ensamblaje", llamando a los trabajadores a la movilización. El sindicato CCOO estima que la actitud de la multinacional "no es seria", calificándola de "inadmisible".

A partir de mañana, empresa y trabajadores iniciarán un proceso de negociación en el que, según los sindicatos, se debe abordar asuntos como la estructura organizativa, inversiones, nivel de empleo, plazo de incorporación de nuevos productos; además de recolocacionesdel personal excedente e indemnizaciones a los despedidos.

Los temores de los sindicatos contrastan con las promesas realizadas por los directivos de la multinacional nipona al ministro español de Industria, Manuel Eguiagaray, en una reciente visita oficial a Japón, en las que Fujitsu aseguró el mantenimiento de sus factorías en España.