La Caja de Asturias redujo sus beneficios en un 37 por ciento en los seis primeros meses de este año con respeto al mismo periodo del año anterior.

Según Troteaga, estos resultados "están en la línea de lo previsto y presupuestado en el plan de actuación anual para 1994. El nivel de beneficios en el 93 fue un record histórico, pero la reducción de los tipos de interés llevó necesariamente a una reducción de los distintos márgenes financieros". Añadió que "esos resultados irán modificándose algo a lo largo del ejercicio".

El director general de la Caja de Asturias precisó que la morosidad no es el problem fundamental de los resultados de este año, "si bien el pasado año tuvimos una fuertes dotaciones de provisión de posibles fallidos, porque nosotros seguimos apostando por el desarrollo de Asturias, seguimos incrementando nuestra cartera de préstamos y cada vez concedemos más en número y cantidad".

José Troteaga indicó que se está percibiendo la recuperación económica que anuncia el Gobierno y "se nota en la medida que tenemos más demanda de créditos en Asturias, tanto en volumen como recursos, y el aorro parece que también se está incrementando de forma sustancial, al igual que la actividad, la demandas de créditos y las consultas de posibles inversores, que son cada vez mayores".

"La Caja", dijo, "no tiene por qué ser motor de la economía de Asturias en el sentido de tomar iniciativas empresariales, pero sí tenemos que apoyar la recuperación económica en base a financiar proyectos viables que tengan los particulares en diferentes proyectos".

Troteaga comparó la actividad de la Caja de Asturas con la de otras cajas de ahorros y aseguró que "somos una caja considerada de las medianas, aunque estamos dentro de las de mayor rentabilidad".

Agregó que tienen el inconveniente de concentrar el 70 por ciento de los recursos de clientes y propios en Asturias, una región con problemas de infraestructuras y de todo tipo, "lo que provoca fuertes dotaciones para posibles fallidos".

No obstante, se mostró convencido de que eso será una ventaja en el mercado financiero único de la Unión Europea, y que tenderán a quedar sólo grandes entidades o aquellas que sepan aprovechar la ventaja comparativa que supone la cercanía al cliente.