Llamazares formuló una pregunta al presidente del obierno, José María Aznar, en la sesión de control. La presidenta del Congreso le cortó la palabra nada más cumplirse el tiempo reglamentario de su turno de réplica, dejándole con la palabra en la boca a pesar de las airadas protestas de su Grupo.

Una vez concluida la siguiente pregunta, del secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, el portavoz adjunto del grupo, Felipe Alcaraz, intentó hacer uso de la palabra para expresar su disconformidad con esta actitud, pero la presidenta zanjó a discusión privándole de la palabra.

Ante este comportamiento, los ocho diputados de la coalición abandonaron el hemiciclo haciendo notar su malestar con airadas quejas en los pasillos de la Cámara. Visiblemente ofuscado, Francisco Frutos lamentó el "monólogo del bipartidismo" que rige en el Parlamento.