LOS DIPUTADOS ENGANCHADOS, A FUMAR AL PATIO
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El patio del Congreso de los Diputados se ha convertido durante los últimos días en espacio de recreo y conversaciones a pesar del frío de enero, ya que diputados, periodistas, ujieres, informáticos y el resto de los trabajadores de las Cortes no tienen más remedio que salir a la intemperie si quieren fumar un cigarrillo.
La escena no es nueva, ya que desde que se prohibió fumar en el interior de las dependencias de la Cámara Baja se habilitó de forma improvisada un nuevo lugar de trabajo, declaraciones y toma de imágenes en el patio que separa el Palacio de la Carrera de San Jerónimo del edificio de ampliación.
No obstante, quedaba la posibilidad de fumar en una parte de la cafetería, separada de la zona de no fumadores con unas plantas que misteriosamente avanzaban cada día un paso para dar más amplitud a los adictos al tabaco, y en otro punto ubicado en la primera planta del edificio de ampliación.
Además, algunos periodistas convertían sus pequeños despachos en zonas para fumadores, ilegales pero muy transitadas, lo mismo que ocurría en otros despachos y dependencias de la Cámara.
Pero este año, las normas no son sólo del Congreso, y de momento, aunque no ha comenzado la actividad parlamentaria, las pocas personas que ya han empezado a trabajar se resignan a salir a la calle, a pesar de que ya ni siquiera hay ceniceros junto a la puerta y bajo techo, donde los fumadores se resguardaban del frío.
Una vez que pase el mes de adaptación y descanso en el Congreso, los diputados y periodistas tendrán que poner a prueba sus nervios al afrontar de nuevo los plenos y los debates estatutarios sin nicotina, o convertir el patio en escenario de negociaciones.
(SERVIMEDIA)
07 Ene 2006
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