En nombre del PP, Susana Camarero argumentó el "trágico comienzo" del año 2006 para solicitar la presencia urgente de Caldera en el Congreso, con el fin de conocer las medidas que el Ejecutivo está poniendo en marcha para atajar estos casos.

El resto de los grupos reconoció la importancia de este problema y su preocupación por la persistencia de muertes, pese a la entrada en vigor de la Ley Integral contra la Violencia de Género hace un año, pero rechazaron la urgencia de la comparecencia con el argumento de que comportamientos de dominación como los que subyacen en estos episocios no se atajan únicamente con leyes.

Además, todos se mostraron favorables a que la Comisión Mixta continúe con su ritmo de trabajo preestablecido y a esperar la comparecencia ordinaria de Caldera.

La portavoz popular recordó el "enorme esfuerzo del Gobierno del PP para sacar del silencio a las víctimas" y pidió a toda la clase política una "mayor sensibilización" y muestras a la sociedad de que "este asunto es prioritario".

Los populares proponían analizar en esa comparecencia los "defectos o lagunas" de la ley tras su primer año de vigencia y conocer las propuestas del Ejecutivo para solucinarlas.

Camarero destacó la importancia del consenso en esta materia y aseguró a la Diputación Permanente que el PP quiere un debate "sin acritud", en el que no haya "uso partidista ni demagógico" y que permita la "refelexión profunda" sobre esta lacra social, lo que no significará "sumisión" a aquellos aspectos con los que los populares no estén de acuerdo.

"No queremos analizar la Ley", dijo la portavoz popular, "queremos analizar lo que se está haciendo y no desde el catastrofismo o la revancha" sino desde la responsabilidad. Camarero aseguró, además, que el compromiso verbal de que Caldera acudirá a la Comisión es "insuficiente" porque "en 20 meses no se ha dignado venir".

En nombre del PSOE, Mariví Monteseirín se manifestó "sorprendida" por la iniciativa popular ahora que todas las instancias públicas han puesto en marcha mecanismo para "analizar y atajar" los efectos de la violencia de género.

Para el PSOE, lo esencial es que haya "tiempo para que la ley de resultado y que mientras los trabajos de seguimiento y análisis sigan en la Cámara Baja".

Jordi Jané, de CiU, compartió la preocupación por este problema pero advirtió de que "las leyes no son una varita mágica" y se dirigió tanto al PSOE como al PP para pedir que "no se usen una malas cifras coyunturales para atacar al Gobierno, ni unas buenas para hacer propaganda".

SENSIBILIDAD

Para el portavoz de ERC, Joan Puig, la comparecencia urgente del ministro de Trabajo no es necesaria puesto que habrá oportunidad de seguir trabajando en la Comisión después de las vacaciones parlamentarias. En ese sentido, pidió a los socialistas "sensibilidad" para que haya un impulso a las tareas que se desarrollan en el Congreso sobre violencia de género.

En nombre de IU, Gaspar Llamazares destacó que la Ley ha tenido un "escaso tiempo de aplicación" para solucionar un "problema de fondo" que requiere algo más que leyes para su solución.

Aseguró que su formación no comparte "ni la complacencia, ni el catastrofismo", y mucho menos el uso "partidista" de un problema cuya solución requiere "un trabajo conjunto con el objetivo final de acabar con esta lacra".

En representación del PNV, Emilio Olabarría también insistió en que las medidas legislativas requieren tiempo para dar frutos y apostó por medidas como "campañas de sensibilización y medidas educativas, que no tienen efectos inmediatos".

El portavoz de Coalición Canaria, Luis Mardones, explicó que su formación ha estado "cómoda por el consenso de una ley queno tiene efectos milagrosos por sí misma". Insistió en que "no cabe pasividad ni resignación" ante el problema y reconoció la necesidad de analizar las "deficiencias" de la norma, aunque en ningún caso compartió la "perentoriedad" de la comparecencia del titular de Trabajo.

Por su parte, el portavoz del BNG, Francisco Rodríguez, reconoció que los seis asesinatos de este año son "aldabonazos" que no deben ser el argumento principal de la actuación política, porque la sociedad sólo verá que "hay debate pero pocas soluciones".