La empresa Guadiamar se encarga d la seguridad de las obras de la autovía amenazada por ETA desde el 2 de junio de 1990, cuando la institución foral estaba regida por la coalición integrada por Euskadiko Ezkerra y Eusko Alkartasuna.

El actual equipo de gobierno, formado por PNV y PSOE, quiere renegociar el contrato, que supone unos gastos cercanos a los cien millones de pesetas mensuales.

Eli Galdos señaló que el contrato es "bueno para la empresa, pero malísimo para la institución foral", y agregó que quiere modificarlo en beneicio de Guipúzcoa.

La empresa se encarga de la seguridad, todos los días y durante las 24 horas, de las obras del tramo guipuzcoano de la autovía. También custodiaba las instalaciones de la constructora Ramos Hidalgo, en Madrid, hasta que esta empresa, que realizaba las obras, cedió los trabajos a un consorcio de seis empresas vascas el pasado verano.