Los últimos datos proporcionados a la Comisión Europea confirman la existencia de 147 granjas de porcino infectadas, 3 de bovino y 53 de pollos. Sin embargo, aún existe una lista e 932 explotaciones sometidas a restricción, 803 de ellas granjas de porcino, y la UE ha recalcado que la lista de empresas está en constante modificación.

El Ejecutivo descarta que se trate de una nueva crisis alimenticia, ya que los descubrimientos actuales coinciden con el origen de la contaminación descubierta el pasado mes de junio, aunque las autoridades belgas continúan examinando varias hipótesis.

Por su parte, el nuevo Gobierno belga está estableciendo mecanismos de urgencia para descubrr el origen de la contaminación. Recientemente se ha sabido que algunos de los fabricantes de piensos mintieron en la primera investigación, al negar que hubiesen distribuido sus productos contaminados a algunas de las granjas descubiertas ahora. Además, tendrán que seguir la pista a todas las producciones infectadas, tanto las distribuidas en el interior como en el exterior de Bélgica.

Como primera medida, tras el debate del Consejo de Ministros belga celebrado ayer, el primer ministro, Guy Verhofstat, ha propuesto la destrucción de todos los productos derivados que contengan más del 20% de grasa porcina. Los expertos ya han identificado 30.000 toneladas de estos productos en el mercado interior y la misma cantidad en los destinados a la exportación. Además, se ha informado de que el Gobierno belga se reunirá hoy con la Comisión para concertar esta medida.

La segunda medida presentada prevé una ayuda gubernamental a las empresas agrícolas que han experimentado una disminución del 30% en sus ingreos desde el estallido de la crisis. Como contrapartida, dichas empresas deberán acordar una reducción de la producción.