Ménard, uno de los fundadores de Reporteros sin Fronteras, seguirá ligado a la institución como presidente de honor, y le sustituirá en el cargo Jean-Francois Julliard, que lleva diez años trabajando estrechamente con Ménard.

El ya ex secretario general dice que ha tomado esta decisión 23 años después de impulsar la ONG y lo hace en un momento en que la organización está mejor que nunca. "Sus equipos, su notoriedad y sus cimientos financieros garantizan su independencia y eficacia. Ahora quiero ganar la apuesta de una sucesión que sea un éxito", aseguró.

Ménard afirma que su sucesor conoce perfectamente los engranajes, los métodos y la filosofía de la casa, y aportará el entusiasmo de "una generación de militantes acostumbrados a la globalización ya Internet".

"Deseo solo una cosa: que haga de Reporteros sin Fronteras una organización cada vez más eficaz en la defensa de nuestros compañeros maltratados, torturados, encarcelados y, más ampliamente, de esa libertad de prensa sin la cual no hay libertad", añadió.

Robert Ménard fue elegido para un nuevo mandato de cinco años el 24 de marzo de 2006, pero ha decidido no agotar este periodo.

Ménard estudió Filosofía y se hizo periodista al final de los años 70. Trabajó en prensa escrita y después en la radio. Fundó Reporteros sin Fronteras junto con otros tres periodistas: Emilien Jubineau, Rémi Loury y Jacques Molénat- en 1985, en Montpellier.

En 2005 recibió, en nombre de Reporteros sin Fronteras, el Premio Sajarov que concede el Parlamento Europeo. El próximo 9 de octubre, publicará un libro titulado "Libertades y otros rollos", en el que analiza la campaña por el boicot a la ceremonia de inauguración de los Juegos de Pekín.