Cuando se preparaba la inauguración de lo que popularmente se ha conocido como "Los Thyssen de Barcelona", se marcó como objetivo deseable una media de 70.000 visitantes al año. La aluencia obtenida en sólo quince días pulveriza esa meta.

La Colección está abierta al público sólo cuatro horas al día, de diez a dos de la mañana (los sábados de diez a cinco; los lunes se cierra). Los responsables procuran que no haya más de doscientas personas simultáneamente en las salas, para garantizar la comodidad y la seguridad, así que diez mil personas eran prácticamente las que cabían.

SIN COLAS ENTRE SEMANA

Entre semana se registran entre 400 y 700 visitantes, dependiendo de los día, y no se producen colas. Los fines de semana, cuando la gente tiene más tiempo, la media se eleva en torno a las 2.000 personas, que por lo general sí deben de esperar algún tiempo para entrar.

La mayor parte de los visitantes son barceloneses: "estamos teniendo una excepcional acogida, casi toda la ciudad está pasando por aquí, porque lo sienten como algo suyo", señalaron a Servimedia los responsables de la colección.

AMPLIA VENTA

La librería de la Colección Thyssen de Pedralbes ofrece un ampio abanico de posters, postales, lápices, agendas, libretas, tacos y otros productos. Por el momento, este material lleva el emblema de la Fundación Thyssen, pero más adelante se editará con el logotipo propio.

A la entrada se reparten unos folletos con datos técnicos y explicaciones sobre la ordenación de las ochenta obras de la Colección. Los que tienen más interés, pueden adquirir en la librería la guía-catálogo de la muestra. Y los verdaderos aficionados tienen el catálogo, en dos volúmenes, de laColección Thyssen al completo, con las obras de Barcelona y de Madrid.

"UN GOYA AUTENTICO"

Entre las anedotas de estos primeros días, cabe destacar la de una familia de gitanos que se presentaron en el monasterio, el primer sábado que estaba abierta la exposición, con un lienzo enrollado bajo el brazo.

"Traemos un cuadro de Goya auténtico, y queremos que lo vea el barón", dijo el cabeza de familia. Los responsables del museo alegaron que en esos momentos era dificil, porque había mucha gente enel recinto, y le pidieron que regresaran el martes siguiente. La familia no volvió nunca más.