Carcedo nició la rueda de prensa de presentación del libro, editado por Temas de Hoy, con un recuerdo del último atentado terrorista que costó la vida a Fernando Buesa y a su escolta, para decir después que el odio racial, la intolerancia, la persecución, la falta de diálogo y de libertad que narra este libro, son cuestiones que áun hoy se suceden en diversos países.

El periodista lleva al lector a presenciar la brutal situación en la que cientos de miles de personas eran sacadas de sus casas y trasladadas a os campos de concentración para ser asesinadas. Pero también, explicó Carcedo, el libro deja el buen sabor de boca de saber que hubo ciudadanos que reaccionaron en defensa de la vida, "y ese es el caso de Sanz Briz".

"En unas condiciones extremadamente difíciles", explicó, "este joven diplomático reaccionó ante la barbarie con todos los instrumentos y recursos legales que tenía en su mano para salvar al mayor número de personas posible. No dudó en arriesgar su carrera, su puesto y su propia vida, por o que no cabe otro adjetivo a su trabajo que el de heroico".

En este libro, el lector conocerá la labor de Sanz Briz en Budapest en el año 1944, que empezó a ser conocida en España hace apenas 10 años. La razón de este anonimato, señaló Carcedo, es que era un hombre con absoluta modestia que nunca contó lo que hacía.

También influyó en este escaso reconocimiento a su labor el hecho de que España no mantuviera relaciones con Israel -país que sí reconoció su labor ofreciéndole el título de "Justo d la Humanidad" en 1991- ni con Hungría, en donde desarrolló la labor que narra este libro.

Tampoco el Gobierno español conocía exactamente en esa fecha qué es lo que hacía Sanz Briz en favor de los judíos, si bien, según se explica en el libro, nunca se opuso a sus actividades en Budapest.

Sanz Briz consiguió salvar la vida de miles de judios perseguidos por Hitler al utilizar sus influencias para entregar salvoconductos a las personas perseguidas que podrían tener un vínculo con España, por mínio que fuera. Con esta documentación, los judíos podían viajar a España y escapar del holocausto.