Los promotores de este primer curso fotográfico para ciegos aseguran que se trata sólo de una actividad de tiempo libre que ofrece a los invidentes la satisfacción personal de hacer algo nuevo. Una de las alumnas del curso, Izaskun Luengas, de 24 años y que distingue claridad y sombras, indicó a Servimedia que se animó tras la información que la animadora de la ONCE les remitió. "Me parece muy interesante y queda demostrado que un ciego puede sacar fotos perfectamente", explicó.

Este curso fotográfico incluye clases de revelado, una fase en la que hay momentos en los que es necesario trabajar en completa oscuridad. Según declaró a "El Correo" uno de los profesores del curso, en esta fase los ciegos pueden dar cien mil vueltas a cualquiera, en cuanto cogen la mecánica del proceso".

La ONCE de Vitoria pretende también con este cursillo que sus afiliados capten también aquello que les produce temor o prevención, como pueden ser las máquinas barredoras de aceras o las zanjas. Los aprendices de fotógrafo continuarán durante este mes con sus clases y en mayo se organizará una muestra con las cuatro mejores instantáneas de cada alumno.