Según García Santesmases, decir que la huelga general es ilegal y amenazar con recurrir al despido son dos "despropósitos" de la patronal CEOE, que no busca alinearse son el Gobierno, como parece a simple vista, sino "hacerse el caldo gordo a sí misma".

Hay dos hechos objetivos, explicó: un derecho a la huelga, reconocido en la Constitución, y "una serie de problemas que afectan decisivamente a los trabajadores".

"Lo empresarios están intentando disuadir a los trabajadores para que no vayan a la huelga, con peticiones al Gobierno para que la declare ilegal, con amenazas; pero yo creo que eso va a ser una táctica constante hasta el día 28. El problema es cómo van a responder los trabajadores", comentó.

En su opinión, lo que pretenden con esta actitud es minar el poder sindical, "porque todo lo que sea un poder sindical fuerte puede ir en perjuicio suyo, a la hora de negociar una política económica donde el interloutor que tenga enfrente (sindicatos) tenga un apoyo social mucho mayor del que él desea".

"Es su primera argucia táctica antes del paro del día 28. Su primera intención es disuadir a los trabajadores, pero probablemente no va a tener ningún resultado", aseguró.

LEGUINA: HAY TEMAS MAS IMPORTANTES

Por otro lado, y respecto a las polémicas declaraciones del presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM), Joaquín Leguina, en la que éste acusó a la Ejecutiva Federal del PSOE de incumplir los acerdos del 32 Congreso, el dirigente de Izquierda Socialista dijo a Servimedia: "Ese es un tema importante, pero no es un tema del orden del día".

Antonio García Santesmases dijo que ese no es un tema en el que deban "enfrascarse" los socialistas, puesto que tienen otros más importantes en la agenda, como la huelga general.

"Tenemos mucho tiempo y eso ahora sería volver a caer en una batalla de tipo endogámico (...) A mí, lo que me parece ahora fuerte es el problema del final de legislatura: la tesión entre Gobierno y sindicatos y el esfuerzo que hay que hacer por llegar a acuerdos", comentó.

En su opinión, el debate del PSOE no puede desplazarse en este momento problemático "a una querella interna, doméstica, que puede preocupar mucho a las cúpulas dirigentes, pero que no responde a la preocupación que hoy está en la sociedad".