El consumo de juguetes por niño en España en 1991 fue de 13.707 pesetas (a precio fábrica), muy por debajo, de las 24.173 pesetas registradas en Alemania en el mismo período. En España, el gasto medio por niño en las fiestas de Navidad de 1992, no superó las 9.600 pesetas, según las mismas fuentes.

Según el presidente de la AEFJ, Salvador Miró, el descenso del consumo aparente y el reducido gasto nño/año no se pueden explicar, exclusivamente, porque el nivel de vida de los españoles sea inferior a los países de nuestro entorno, sino que obedecen a una serie de problemas: la estacionalidad de las ventas, el descenso en la edad de juego, la competencia desleal y el descenso progresivo de la natalidad.

Mientras que en 1991 el consumo aparente de juguetes en España se situó en 108.329 millones de pesetas, durante 1992 el consumo descendió hasta 94.072 millones de pesetas, lo que representa una varación porcentual negativa superior al 13 por ciento.

En España, más del 80 por ciento de la ventas de juguetes se realizan en cinco semanas (primeros días de diciembre a 6 de enero), lo que provoca elevados gastos financieros y de stockaje al fabricante.

La edad de juego ha descendido en los últimos años. Por razones sociológicas y económicas, el niño es incorporado antes a la sociedad de consumo, por lo que deja de jugar con juguetes a edades, cada vez, más tempranas. A partir de los nueve o diz años, sus peticiones se encaminan hacia la ropa de deporte, aparatos musicales, etcétera.

Por otra parte, el descenso progresivo de la natalidad es un factor determinante para explicar la crisis que atraviesa el sector. En la última década, la disminución de nacimientos se sitúa en un millón y medio de niños.