El documento toma como base los datos de una encuesta de estructura salarial realizada por el Instituto Nacional de Estadística en 1996, según la cual el salario medio anual de los hombres llega a 3.032.076 pesetas, mientras que el de las mujeres se queda en 2.036.091.

Las diferencias de sueldo entre hombres y mujeres más importantes se registran entre los puestos de dirección de empresas, con una diferencia superior a los dos millones a favor de los varones.

Ente los profesionales de nivel superior y medio la diferencia es superior al millón de pesetas a favor de los hombres, mientras que en el resto de categorías que cita el informe los salarios medios de los hombres siempre son superiores a los de las mujeres, aunque en menor cuantía conforme se desciende en la escala salarial.

El informe concluye que la discriminación retributiva que se manifiesta en la diferencia existente entre los niveles medios de remuneración de los hombres y de las mujeres tiene su rigen en diversos factores: la valoración de puestos de trabajo, la clasificación profesional, la configuración del salario, horas extraordinarias y los sistemas de promoción, entre otros.

Respecto a los tipos de contrato, el documento asegura que mientras el empleo fijo es más habitual entre los hombres, la contratación temporal afecta más a las mujeres.

Un 63,22% de las mujeres tienen contrato fijo, frente a un 68,09% de los hombres, mientras que entre las primeras un 36,70% tienen contrato temoral y entre los hombres un 31,85%. Este último tipo de contrato está más extendido en ambos casos entre las personas con menos de 19 años.

Asimismo, el estudio indica que la contratación a tiempo parcial está en auge entre el colectivo de trabajadoras (alrededor de un 27%, frente al 11% de los hombres), los contratos de prácticas se distribuyen de manera similar entre ambos sexos y el de aprendizaje se utiliza mayoritariamente para la contratación de hombres jóvenes.