El sector editorial español exportó en 2002 por valor de 514 millones de euros (unos 85.000 millones de pesetas), l que supone incluso una cifra ligeramente inferior a la del 2000 (531 millones).

La caída más importante la registró el mercado argentino, que tradicionalmente ha sido el primer cliente del libro español. En 2001 ya compró un 18,8% menos, pero el acusado retroceso en 2002 hasta le deja fuera de las quince primeras naciones compradoras de la industria editorial española.

Otros importantes países iberoamericanos también arrojan resultados negativos: Brasil cayó un 36,6% por la incertidumbre polític; Venezuela un 30,6% por un razón similar, y Chile, un 10,9%. La cara positiva la ofreció México, que compró por valor de 196 millones de euros, lo que representa un 11,3%.

Las ventas a la Unión Europea, copadas en su gran mayoría por los fascículos, tampoco fueron buenas este año. Los coleccionables hechos en España siguen siendo muy demandados en el Viejo Continente, pero éste es un frente con movimientos pendulares y ahora toca un momento de menos atracción por estos productos. Francia compró un 4,% menos, Italia un 15% menos y Alemania un 39% menos. Sólo las ventas al Reino Unido fueron mejores, un 9,8% más.

En conjunto, el volumen de las exportaciones de libros y producción gráfica a la Unión Europea (252 millones de euros) fueron superiores a las realizadas a Iberoamérica (221 millones de euros). En cuanto a Estados Unidos, 2002 tampoco arrojó buenos resultados, al caer un 27%.

Pese a los malos resultados de 2002, el saldo neto de la balanza comercial del sector editorial se cerró con u balance positivo de 388 millones de euros (las importaciones disminuyeron un 4,2%), con lo que esta industria se mantiene entre las diez nacionales que aportan mayor superávit a la balanza española.