CECU recomiena ante todo que el ciudadano valore sus necesidades reales y se asesore convenientemente para una mayor libertad y racionalidad en el consumo de bienes y la utilización de servicios.

En esta línea, la organización ha elaborado el siguiente decálogo:

1. Evite situaciones que provoquen el consumo: tenga claro al salir de casa qué necesita comprar y a qué establecimiento dirigirse. No callejee.

2. Alargue la vida de todo aquello que utiliza: tiña la ropa que haya perdido el color pero aún se enuentre en buen uso; compre alimentos de oferta en mayor cantidad y congélelos; guarde el papel que sólo esté usado por una cara para emplearlo como papel de borrador.

3. En los grandes almacenes empiece siempre por la planta de oportunidades. Siempre estará a tiempo de mirar los precios normales.

4. Frecuente los establecimientos de venta de segunda mano.

5. No atesore cachivaches, sus herederos se lo agradecerán.

6. Ahorre energía y no deteriore el medio ambiente: aisle térmicamente la paredes, techos y ventanas de su vivienda; introduzca ladrillos en la cisterna del sanitario para reducir el consumo de agua; utilice bombillas de bajo consumo.

7. No compre todo aquello que pueda producir o conseguir: pida a sus amigos que le dejen grabar las cintas de música que le gusten; intercambie libros; herede para sus hijos ropa y libros de texto de sus sobrinos.

8. Haga listas con todo aquello que necesita pero no le urge: puede que al cabo de un par de meses, y sin buscarlo, lo encuenre de oferta.

9. Si se encuentra enfermo y le visita el médico, pídale que al recetarle revise su botiquín por si encuentra un medicamento similar que pueda curarle.

10. Organice fiestas de intercambio con sus amigos, en las que cada cual lleve aquello que no necesite en su casa para intercambiarlo con los demás.