Esta polarización de rentas se manifiesta especialmente en Estados Unidos y el Reino Unido, donde cada vez es mayor la distancia entre los que más ganan y los que menos.

En el caso de España este fenómeno es más evident en el uso del tiempo libre: hay una parte importante de la población (mayores, estudiantes) que tienen mucho tiempo, pero también cada vez más renta, mientras que otra parte imporante no tiene tiempo, como es el caso de las mujeres que han ido absorbiendo obligaciones profesionales sin dejar atrás las familiares.

La segunda gran área de cambios del siglo XXI es la de la tecnología, según el informe que hoy fue presentado por el ministro de Sanidad y Consumo, José Manuel Romay Beccaría, en el acto de celebración del Día Mundial del Consumidor organizado conjuntamente por el Ministerio, la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid.

En tercer lugar, las fusiones y concentracione de grupos empresariales seguirán aumentando, con desconocidas repercusiones para los consumidores, aunque es previsible que si falta la competencia el usuario lo paga en forma de precios elevados.

INFIDELIDAD

A partir de este escenario, el perfil del consumidor del futuro, según la consultora IDOM, pasa por la infidelidad a las marcas y establecimientos, la exigencia del etiquetado para estar informado y el aumento del gasto de las familias en viajes, vacaciones y ocio, por este orden.

En cuano a los hogares, la alimentación del futuro no se entenderá sin un buen equipamiento de electrodomésticos. La compra de productos y servicios informáticos dependerá del nivel de estudios, la actividad y la profesión.

A grandes rasgos, los españoles están dispuestos a pagar más por viajes, telefonía, vacaciones, ocio y cultura; formación y estudios; libros, periódicos y revistas.

En cambio, se resisten a incrementar el gasto en alimentos sin elaborar; ropa y calzado; servicios médicos y de salud; edicamentos; transporte, y servicios del hogar.