El ministerio recalcó que ese 4,68 por cien es provisional, ya que hay que esperar al tipo en que se sitúe la peseta tras dos días de cotizar después de la devaluación, el martes de la semana que viene.

La aplicación de esta subida será inmediata, en general, a toos los importes relacionados con el comercio exterior, como el de pago de restituciones, y a las operaciones de intervención en los mercados.

Por su parte, las organizaciones agrarias COAG y ASAJA coincidieron en señalar que la devaluación refleja el "fracaso" de la política económica del Gobierno, y que también tendrá efectos negativos para el sector, por encarecimiento de los combustibles, los fertilizantes y la maquinaria.

José Luis González, de COAG, manifestó que la prueba de que la devaluacin no es la solución a los problemas del agricultor es que en 1992, con dos depreciaciones de la peseta, la renta agraria bajó.

Asimismo, expresó el temor a que la devaluación se traduzca en futuros incrementos de la tarifa eléctrica, debido a la negativa repercusión que tiene en este sector.

En todo caso, calculó que una devaluación como la aprobada, del 8 por ciento, podría suponer unos 46.000 millones de pesetas adicionales del conjunto de fondos que la CE transfiere anualmente a España para elsector agrario.

El problema reside, según González, en que al agricultor sólo le llega el 45 por ciento de esa cantidad, mientras que el resto va a parar a la industria agroalimentaria.

González señaló que la devaluación pone de manifiesto "el fracaso de la política económica del Gobierno", que ha provocado "la caída generalizada de los precios agrarios".

Para ASAJA, la devaluación beneficiará, sobre todo, a las exportaciones de frutas y hortalizas, los productos de exportación más competitios dentro del sector agrícola.