Ese descenso, de un 1,67 por ciento, se debió exclusivamente a la reducción del endeudamiento exterior de las empresas, ya que las administraciones públicas lo elevaron en 40.000 millones de pesetas, hasta cifrarse en 1.662.000 milones.

Los datos del Banco de España muestran que el endeudamiento exterior del Estado disminuyó 2.000 millones de pesetas, para quedar en 897.000 millones. En las comunidades autónomas y las corporaciones locales alcanzó los 591.000 y 174.000 millones respectivamente, con sendos incrementos de 37.000 y 5.000 millones.

En el caso de las empresas, su endeudamiento creció en 169.000 millones de pesetas en el primer semestre de 1996, para alcanzar los 5.912.000 millones, de los que casi un billón de esetas correspondían a las grandes compañías públicas.

Finalmente, un total de 51.000 millones de pesetas corresponden al endeudamiento de personas físicas con acreedores extranjeros, lo que supone un aumento de 4.000 millones entre enero y junio del año pasado.

Los préstamos solicitados por particulares, aunque se mantienen en niveles relativamente bajos, se han más que doblado desde que el Gobierno aprobó la liberalización de movimientos de capitales.

Por otra parte, la información de la atoridad monetaria indica que 2,38 billones de pesetas de los préstamos y créditos solicitados en el extranjero han sido contraidos con acreedores oficiales.

En este apartado destaca el Banco Europeo de Inversiones (BEI), la entidad financiera dependiente de la Unión Europea que financia especialmente proyectos de infraestructuras y otros para potenciar el equilibrio desarrollado de las regiones europeas. La deuda con esta entidad asciende a 1,88 billones.

La deuda exterior española alcanzó su cot máxima en el primer trimestre de 1995, cuando llegó a alcanzar los 8,27 billones de pesetas. El descenso experimentado desde entonces es de 633.000 millones de pesetas, un 7,65 por cien.