La muer detenida, M.J.A., trabajaba como asistenta en la casa del fallecido mientras que la otra persona se trata de su marido. La identificación de los posibles asesinos se pudo obtener gracias a que se encontró una huella de la mujer en la cinta adhesiva con la que se amordazó al empresario.

Angel Monzón, un empresario inmobiliario retirado, fue golpeado, atado a una silla, torturado y finalmente asfixiado con una almohada en su domicilio de Las Palmas de Gran Canaria. La policía sospechó desde el primermomento de alguien cercano a la familia ya que entraron con facilidad en la casa y no se llevaron 400.000 pesetas en efectivo que se encontraban en un maletín.

No obstante, se desconocen las causas que motivaron el interrogatorio y el asesinato del empresario ya que los detenidos aseguran que son inocentes, a pesar de la prueba incriminatoria de la huella en la cinta adhesiva.