Según informó hoy la Jefatura Superior de Policía de Madrid, la colaboración ciudadana ha sido clave para detener a estas dos personas, que se encuentran en situación irregular en nuestro país.

Así, un vecino del distrito de Usera acudió a comisaría para denunciar el constante trasiego de personas en un domicilio de su comunidad de vecinos.

Las investigaciones confirmaron que en el interior de la vivienda se ejercía la prostitución. Además, al parecer, las mujeres eran obligadas a ello, controladas constantemente por un individuo.

También se sospechó que algunas de las prostitutas fueran menores de edad, ya que los reclamos publicitarios de estos servicios contenían motivos infantiles y muñecos de peluche. Finalmente, se comprobó que todas las meretrices eran mayores de edad. La operación, que contó con la colaboración de la Brigada de Extranjería, se desarrolló el pasado martes con la entrada y registro, con el correspondiente mandamiento judicial, del domicilio donde se concertaban las citas.

Además, los agentes intervinieron numerosa documentación relativa a clientes, citas y servicios de cada chica, entre otros efectos.