Los doce se entregaron voluntaramente al Grupo de Homicidios de la Brigada de Policía Judicial, cuyos agentes ya los habían identificado como supuestos implicados en el crimen.

El incidente que costó la vida a Honorio, quien, herido de varios disparos de escopeta de caza, ingresó cadáver en el hospital Gregorio Marañón, ocurrió el pasado día 1 en el poblado de la Jungla (Madrid).

Tras lo sucedido, los agresores escaparon de inmediato fuera de Madrid, según revela el mismo informe policial.

Según las deducciones policiales el móvil de la agresión fue una venganza de la familia Vargas Suárez, también conocida como clan "La Juliana", contra Honorio, perteneciente a la familia Bruno Silva.

Honorio, que había golpeado con un hierro el pasado 10 de agosto a un miembro de los Vargas, fue "sentenciado" por los "patriarcas" a un mes de destierro.

Sin embargo, regresó el 1 de septiembre y se armó con una escopeta para enfrentarse al clan de "La Juliana" que había realizado disparos intimidatorios contra él y otros familiars, enfrentamiento que le costó la vida.

Los implicados de la familia Vargas Suárez al conocer que habían sido identificados por la Policía, decidieron entregarse.