Se trata de dos jóvenes de 24 años, Angel Ramón H.R y Francisco Javier O.R, que ya habían sido detenidos varias veces anteriormente acusados de robos con intimidación y tráfico de droga.

Los dos sospechosos pasaron a disposición judicial, aunque queda por saber el autor material de los hechos, ya que ambos jóvenes se acusan muuamente.

Angel Ramón fue detenido en Valladolid, en un centro de desintoxicación para drogadictos, y Francisco Javier en la calle zaragozana Julián Sanz Ibáñez, en donde reside y donde murió el taxista.

El delegado del Gobierno en Aragón, Carlos Pérez Anadón, informó que los dos sospechosos reconocieron haber cogido un taxi y que se dirigieron desde la calle del Caballo (conocida calle de prostitución en Zaragoza) a la calle Castillo Palomar con la intención de adquirir heroína, ya que, al parece, en aquel momento sufrían síndrome de abstinencia, y que en el trayecto se produjo el incidente.

El jefe superior de Policía de Zaragoza, Francisco Lázaro, explicó que aún falta por cotejar los dos cuchillos encontrados en casa de Francisco Javier con los resultados de la autopsia practicada al taxista, para conocer si estas armas blancas fueron utilizadas en el delito.

Este asesinato fue el comienzo de una oleada de atracos que tuvo lugar en los últimos meses en Zaragoza. Ante ello, los taxista están tomando diversas medidas de seguridad para evitar estas situaciones, como la instalación de una luz en el techo de los taxis que indique peligro, el contacto permanente por radio con las comisarías o la instalación de mamparas separadoras.