Los hechos comenzaron cuando el guardia civil, en compañía de u amigo, circulaba con su vehículo particular por la calle Sacedón y vió a dos hombres armados con sendas escopetas que caminaban por la calle. Uno de ellos vestía un mono azul y el otro, de pelo rubio, llevaba puesto un chaleco.

El miembro de la benemérita telefoneó al 091 desde una cabina próxima. Aún tenía el teléfono en la mano cuando su acompañante le alertó de que los desconocidos le estaban apuntando. Se tiró al suelo y buscó refugio tras un coche. En ese momento sonó un disparo, que no alcanzóninguno de los dos.

Dos coches Z rastrearon las calles adyacentes y en la avenida Espinela localizaron a ambos hombres. El que vestía el mono, además de la escopeta de caza, llevaba una canana (cinturón para guardar cartuchos). Ambos hombres hicieron caso omiso a la llamada de alto de la Policía.

Seguidos por los funcionarios, llegaron a la calle Calamocha y se introdujeron en una vivienda del número 1. Conminados de nuevo a entregarse, Manuel lo hizo voluntariamente y fue detenido. Su hermano Jsús se negó a salir de la casa. Tras adoptar las debidas precauciones, dos de los policías entraron en el piso y le redujeron por la fuerza.

En el domicilio fueron requisadas las escopetas que habían esgrimido ambos hermanos antes en la calle; una del calibre 12, otra de aire comprimido, una canana con 25 cartuchos del 12 y una bolsa con otros 18.

En la comisaría de Usera, donde se han tramitado las correspondientes diligencias, comparecieron ayer la propietaria de un perro contra el que los hermnos dispararon previamente a su encuentro con el guardia civil (el animal está malherido) y el propietario de una furgoneta "Citröen" que resultó con los cuatro cristales laterales fracturados por disparos cuando estaba estacionada en el Camino de Leganés.