A las 3 de la tarde del pasado sábado, en un control de vuelos del aeropuerto de Madrid-Barajas, se detectó la llegada de cinco pasajeros chinos, que portaban pasaportes y visados de entrada manipulados.

Pese a que el quinteto intentó traspasar el filtro del aeropuertode forma disgregada, confundiéndose entre el resto de los pasajeros, sus documentos levantaron las sospechas del funcionario de policía, quien comprobó que llevaban documentación falsa.

Los pasaportes que presentaron los chinos eran comunitarios, estaban expedidos en Lisboa (Portugal) y llevaban visados estampados en Bucarest (Rumanía).

Según las diligencias, los cinco inmigrantes ilegales pretendían utilizar España como puente de paso hacia otros países de Europa, ante la próxima desaparición delas fronteras. Los chinos querían trabajar en principio en Madrid en alguno de los numerosos restaurantes orientales.

Los funcionarios del aeropuerto averiguaron que los ahora arrestados habían estado en Portugal y realizado varias escalas en países del Este, ante las dificultades que les presentaron las autoridades españolas cuando trataron de entrar legalmente en el país.