Los ocho dtenidos (tres españoles, tres franceses y dos marroquíes) introducían la droga a través de embarcaciones, para posteriormente ocultarla en un almacén y transportarla en coches de alquiler franceses hasta el país galo.

Los ocho individuos fueron detenidos cuando cargaban unos 300 kilos de hachís en un turismo Renault Laguna con matrícula francesa, que estaba estacionado en un aparcamiento de Benalmádena Costa. Junto al coche, la policía encontró unos fardos apilados en los que se ocultaban los 600 kilo restantes de droga.

El traslado de la droga se realizaba durante la madrugada, aprovechando dichas horas para evitar, en la medida de lo posible, los controles de carretera.

Para ello empleaban dos coches, cuyos ocupantes se comunicaban por teléfono. El que transportaba la droga iba siempre detrás, de modo que si los primeros advertían un control podían cambiar la ruta.