La organización contaba con dos ramas, una portuguesa y otra italiana, especializadas en falsificar y distribuir los permisos de conducir. Alguno de los detenidos llegó a pagar un millón y medio de pesetas por un permiso para conducir camiones.

La operación comenzó en octubre del año pasado, cuando la Guardia Civil detectó que en la Jefatura Provincial de Tráfico de Santa Cruz de Tenerife se estaba intentando canjear permisos de conducir comunitario falsificados, principalmente italianos y portugueses, por permisos españoles de la misma categoría.

Los permisos de origen italiano procedían de un robo de documentos en blanco cometido en la ciudad de Nápoles. También han sido detenidas dos personas con permisos falsificados procedentes de Gran Bretaña.

Algunos de los detenidos compraban los permisos de conducir a precios que oscilaban, generalmente, entre 150.000 y 300.000 pesetas. De esta forma evitaban realizar los exámenes para la obtencióndel carné.