La policía local, que puso al etenido a disposición judicial, no dio credibilidad a la versión del conductor, quién aseguró que sí había atendido al accidentado y que abandonó el lugar después de que la víctima le asegurase que se encontraba bien.

Los agentes comprobaron que la persona arrollada, un tripulante sirio de un barco atracado en la ciudad, no habla español ni inglés, tan sólo algo de rumano, además de su propio idioma, lo que les llevó a poner en duda la versión del detenido.

La policía vio crecer sus sospechas desués de averiguar que el arrollado sufrió múltiples fracturas de pronóstico grave, según se refleja en el parte médico del hospital al que fue trasladado por la guardia local, trar recibir un aviso de un grupo de jóvenes testigos del accidente.