Según informó hoy la Policía, desde el pasado mes de octubre, el Hospital Clínico de Barcelona y el Centro Médico Pere Camps, ingresaron varones, entre 35 y 66 años, inconscientes y cuyos análisis revelaban que su estado se debía a intoxicación o sobredosis de benzodiazepina en la sangre, precisamente la sustancia ue, como se supo después, introducía el arrestado en el chocolate caliente.

Al recuperar la consciencia, los afectados explicaban al personal sanitario que lo último que recordaban eran haber tomado chocolate con churros.

La persona detenida se dedica habitualmente a la prostitución masculina, ofreciendo sus servicios en las inmediaciones de la Estación de Sants y en el Parque de la España Industrial, en donde contactaba con diferentes clientes a altas horas de la madrugada.

Después de entabar una conversación en infundir cierto grado de confianza a las potenciales víctimas, la pareja se drigía a bares próximos para acabar finalmente en una churrería. Cuando la víctima se descuidaba, introducía en el chocolate el fármaco que le narcotizaba.

Cuando la víctima estaba sumida en un estado de profunda somnolencia e intensos mareos, la abandonaba en la vía pública o en algún parque no sin antes sustraerle todos los efectos de valor y dinero que llevaba en esos momentos. Los perjudicados permancían inconscientes unas 48 horas, y estaban ingresados unos días en el hospital.

Al detenido se le incautaron 30 pastillas encuadradas dentro de las benzodiazepinas, que eran las utilizadas habitualmente en las intoxicaciones.

El detenido, al que le consta un amplio y dilatado historial delictivo -un total de 150 arrestos-, salió en libertad el pasado día 30 de septiembre. El 7 de octubre consta la primera denuncia por robo con el citado "modus operandi".