El martes, una patrulla del Cuerpo Nacional de Policía interceptó a Sebastián Jiménez en el barrio de Baajas. Los funcionarios lo arrestaron al comprobar que la moto que conducía había sido robada ese mismo día en el distrito de Usera.

Poco después, los funcionarios comprobaron que tenía una orden de localización y arresto como presunto autor de una violación ocurrida a mediados de agosto. La víctima le había reconocido en una fotografía.

Según la joven, Sebastián Jiménez la abordó en la estación de Metro de Vía Carpetana y, tras amenazarla con un arma blanca, le dijo que se comportase como si fues su novia, para despistar a los agentes que le perseguían, ya que acababa de atracar un banco.

La denunciante declaró que tras viajar hasta la estación de Laguna, la obligó a acompañarle a un descampado, donde la forzó, sin dejar de amenazarla con el cuchillo.

Sebastián Jiménez, que usa varios nombres falsos y que anteriormente fue acusado de otra violación, niega haber abusado sexualmente de la joven, según informó hoy la Jefatura Superior de Policía.

ATRACADORA

Por otro lado, Paloma Pére Pastrana, de 29 años y adicta a los psicotrópicos, fue detenida en la localidad madrileña de Majadahonda acusada de perpetrar cinco atracos a establecimientos comerciales.

El primer asalto ocurrió el pasado mes de agosto en una farmacia, donde se apoderó de 4.000 pesetas, tras intimidar a clientes y empleados con un cuchillo. Los otros cuatro robos sucedieron durante el mes de septiembre.

Los denunciantes coincidieron en facilitar la misma descripción de la mujer, que fue identificada como Palom Pérez, una parada adicta a las sustancias psicotrópicas, según la Jefatura Superior de Policía.

Paloma Pérez, que no tiene antecedentes policiales, fue arrestada en las inmediaciones de su domicilio, situado en la calle San Roque.