DETENIDO UN GRUPO DE RUMANOS QUE TRAÍA COMPATRIOTAS A ESPAÑA PARA EXPLOTARLAS EN LA PROSTITUCIÓN - El principal responsable huyó de nuestro país al tener conocimiento de varias denuncias contra él
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La policía ha detenido en Madrid a un grupo de rumanos dedicados a la inmigración ilegal y explotación sexual de mujeres de su misma nacionalidad, según informó hoy la Dirección General de la Policía
Los detenidos por delitos de asociación ilícita, contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y relativos a la prostitución son Robert Adrian D., de 25 años; Nadia D., de 28; Elena Cornelia M., de 24, y Ala D., de 24. También fue arrestada, por infracción a la ley de extranjería, Ioana Maria T., de 20 años.
La policía continúa sus gestiones para intentar localizar y detener al principal rsponsable del grupo, que abandonó precipitadamente su domicilio y huyó de España al tener conocimiento de las denuncias formuladas contra él por varias compatriotas.
Las investigaciones se iniciaron a raíz de la presentación de una denuncia por tres mujeres, quienes manifestaron haber sido captadas en distintas ciudades del este de Rumania por miembros de una red de compatriotas proponiéndoles ir a España, donde ganarían mucho dinero ejerciendo la prostitución. Las mujeres aceptaron en un primer momento, dada su precaria situación económica.
Las mujeres viajaron a nuestro a país en microbús, siéndoles retirado el pasaporte por el captador y entregado al conductor del vehículo. El destino de todas ellas era Madrid y los gastos del viaje corrían a cuenta de la organización, dirigida por Gheoghe D., que era el encargado de pagar al conductor a su llegada a España, haciéndose cargo de los pasaportes.
En Madrid, las mujeres eran recogidas por George; su hijo, Robert Adrián, o bien por las mujeres de ambos, y trasladadas posteriormente a un domicilio situado en la localidad de Meco. Allí eran informadas de la deuda contraída con la organización y de su cuantía, que rondaba entre los 1.800 y 3.500 euros.
Dos días después, las mujeres fueron trasladadas a dos clubes de la capital, previa advertencia de que serían vendidas a otro grupo en el caso de no ganar el dinero suficiente. En todo momento, estaban controladas por Ala y Nadia D. y por Elena Cornelia M., que trabajaba en el club supervisando la actividad de las víctimas.
Las prostitutas estaban obligadas a llamar por teléfono a Gheorghe o Robert Adrián cuando mantenían relaciones sexuales con un cliente, incrementándose la deuda contraída en caso de no obtener los beneficios esperados, llegando incluso a amenazar a sus familias y habiendo sido agredidas sexualmente por ambos. Robert Adrian era el encargado de trasladar a las mujeres en su vehículo, que fue intervenido, a los diferentes establecimientos de alterne.
(SERVIMEDIA)
31 Ene 2006
NLV