Según informó hoy la Jefatura Superior de Policía de Madrid, las mujeres irrumpían en grupo y prácticamente a diario en supermercados del citado distrito y hurtaban lo que les apetecía, de manera que si alguna empleada se percataba y les recriminaba algo, mostraban una actitud muy violenta y hostil, y el hurto se convertía en robo con violencia e intimidación.

El botín de estos robos oscilaba entre 1.000 y 1.500 euros diarios, apoderándose de todo tipo de alimentos, como garrafas de aceite y latas de atún, productos de limpieza y otros productos que introducían en carros que llevaban preparados para el robo y entre sus ropas. En ocasiones los productos eran para su consumo y muchas veces los revendían en la calle a un precio menor inferior al del mercado.

Tras conocer los hechos, la policía estableció un dispositivo de vigilancia que dio resultado a los pocos días con la detención del clan precisamente cuando salían de un supermercado. Las detenidas habían robado en esa ocasión desde sartenes hasta garrafas de aceite y productos de limpieza, entre otras cosas.

Para la policía, la importancia de la detención no radica en el material incautado, sino en la alarma que habían creado estas mujeres en el distrito, tanto entre las cajeras de los supermercados como entre las habituales clientas. Todas las detenidas carecían de antecedentes.