La mujer, Isabel, murió finalmente en 2021 en el domicilio del matrimonio situado en Rivas-Vaciamadrid aparentemente de muerte natural y se la enterró en Asturias. Pero el hermano de la víctima sospechó de la versión de la pareja y solicitó que se le hiciera una autopsia que desveló la existencia en el cuerpo de altas dosis de cadmio y manganeso, sustancias que habrían producido la muerte.

La mujer, de 85 años, visitó a la pareja en su casa de Rivas, pero lo que iba ser una corta estancia se fue alargando y otros familiares empezaron a sospechar cuando comprobaron que habían desaparecido 30.000 euros de sus cuentas. Trataron de ponerse en contacto con la mujer, pero no lo consiguieron.

Finalmente, el hermano de la víctima presentó una denuncia ante la Guardia Civil. Los agentes acudieron a la casa del matrimonio, que les aseguró que la anciana se encontraba bien, pero no les dejaron entrar a la vivienda sin orden judicial.