DETENIDAS TRES PERSONAS OR FACILITAR LA INMIGRACION ILEGAL A COMPATRIOTAS CHINOS
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Agentes del Cuerpo Nacional de Policía han detenido en Madrid a a Zhuanxia D., de 39 años, a Yiguang W., de 42, y Yufu Z., de 30, acusados por un delito de favorecimiento de la inmigración, así como en aplicación de la Ley de Extranjería, según fuentes policiales.
Además, Yiguang W. y Yufu Z. han sido acusados de un delito de falsificación de documentos y usurpación de estado civil: portaban pasaportes japoneses cn visa "Schengen" falsificada.
La organización está integrada por ciudadanos chinos, que aprovechando su parecido facial con los japoneses, se hacen con los pasaportes de estos últimos y los "alquilan" por cantidades que rondan los 30.000 euros. Una persona de la organización proporciona al interesado los documentos necesarios para realizar el viaje, y les acompaña en todo momento, quedando los pasaportes utilizados siempre en poder de la red, que los reutiliza en otras operaciones, volviendo a cobrarla misma cantidad.
Lógicamente, la víctima una vez en el lugar de destino queda sin amparo ni documentación con la que acreditarse o iniciar una vida laboral, si no es con contactos de la propia organización.
La Policía ha podido comprobar además, que los pasaportes japoneses son documentos que han sido denunciados por robos, normalmente de turistas que han sido atracados cuando visitaban nuestra capital.
DETENCION POR COACCIONES
Por otra parte, agentes del Cuerpo Nacional de Policía ha deenido a un ciudadano albanés, Martín B., de 21 años, acusado de agresiones, amenazas, coacciones y falsificación de documentos.
La víctima: una joven rusa a quien trajeron con engaños, amenazaron, coaccionaron y agredieron, obligándola a prostituirse en la Casa de Campo. Tratada como una mercancía, la "vendieron" a otra organización de compatriotas dedicada a lo mismo, cuando ya no interesaba.
Las investigaciones comenzaron hace dos meses. Una joven de 21 años, natural de Belgorod, en Rusia, acuda a la comisaría para denunciar su situación. La captaron en su ciudad de origen y le prometieron una mejora económica deslumbrante con un puesto de trabajo en la hostelería española, precisamente cuando atravesaba momentos personales difíciles.
La organización se hizo cargo de su viaje y de la documentación necesaria. Al llegar a nuestro país se encontró que el trabajo como camarera no existía y la obligaron a ejercer la prostitución en la Casa de Campo. Controlada en todo momento, debía recaudar diaiamente 100 euros y el incumplimiento de esta u otra obligación conllevaba agresiones por parte de los responsables.
(SERVIMEDIA)
05 Oct 2002
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