Los detenidos idearon un sofisticado sistema para la manipulación de contadores en domicilios y establecimientos comerciales de las provincias de Granada y Jaé, consiguiendo que cada contador marcara la mínima cantidad de gasto posible.

Los defraudadores trucaron el suministro de energía en estos puntos estableciendo un puente en el fluido eléctrico que pasaba totalmente desapercibido en los contadores. Por ello, el sistema ha funcionado durante bastante tiempo, sin que la empresa de electricidad se percatara de ello.

Los acusados, tras instalar dicho sistema clandestino, cobraban a los titulares de los contadores una cantidad que no pudieron precisar as fuentes consultadas.

Según fuentes de la compañía, el valor de lo defraudado ascendería a más de 1.000 millones, dado el tiempo que estuvo operando el sistema trucado.

La Audiencia Nacional podría hacerse cargo de este caso, debido a la relevancia del fraude, según las mismas fuentes.